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ANCLA PROYECTO ACTUAL
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   Hace algunos años emprendí un viaje con el anhelo de conocer el continente donde nací. Trasladándome, no por vacaciones, ni por escapar unos días a la rutina. Viajar. Porque quería vivenciar, sentir de más cerca. A piel, ojos y oídos. Viajar para darme cuenta que había cosas que había aprendido mal. Viajar para, en lo posible, cada día tener un prejuicio menos y una capacidad más de entender a las personas como ellas se sienten que son y no como yo sentía que eran. Viajar para cada tanto sentirme un poco perdido, intercambiando con otros la sensibilidad de mis sentidos.

 
    En un mundo donde la tecnología parece haber acortado los tiempos de las distancias físicas, también hay otro tipo de distancias y experiencias que necesitan de la lentitud para acercarlas. Oportunidades que este moderno mundo veloz parece alejarlas en vez de acercarlas. Es por eso que en este último año y medio decidí seguir mi viaje pedaleando en una bicicleta. Sumándose como tercer viaje por mi tierra y hogar más grande, donde se encuentra LATINOAMÉRICA. Una región del planeta de gigantesca variedad de latitudes, altitudes y culturas; algunas ancestralmente originarias, otras usurpadoras, otras introducidas y otras por necesidad llegadas. Quizás en la actualidad, y por circunstancias recientes para la historia, todas ellas conforman la macro esencia humano-natural más diversa que se pueda encontrar en el planeta. Antes de viajar me parecía tan heterogénea y ajena como las palabras la describen. Sin embargo, este viaje de ida por esta gran pluralidad me fue llevando a homogeneizar mi sensación en medio de esa heterogeneidad que alguna vez me había resultado tan ajena. Algo similar podría pasarme como ser humano en el planeta Tierra o como polvo de estrellas en el Universo. No obstante, considerando las circunstancias sociales, históricas, conflictos, problemas, sentimientos y anhelaciones que hay en todas las grandes comunidades que la conforman; desde Argentina a México; hay micro realidades que interdependientemente generan una macro realidad homogénea, corriendo como sangre común a todos los latinoamericanos de hoy. Una tierra donde el desafío social es inmenso, pero repetido en todas sus "sub-regiones", algunas en política llamadas de "países". Una región que en lo que hace a su configuración natural, con sus 85 grados de variación latitudinal y 7.000 metros de variedades altitudinales, jamás cansa a ningún espíritu aventurero en busca de exuberancias. Pero también resulta fundamental conocer esta configuración geofísica para entender las circunstancias sociales. Porque después de cada casa, cada ciudad y cada país, el hogar de Latinoamérica es el Continente Americano, moldeando diferentes vidas en sus accidentes y procesos naturales tan extremos y variados.

    Es un viaje de IDA, y no de ida y vuelta. Por ser nacido en esta tierra, y en efecto un pequeñísimo representante de ella, que siempre será mutante e infinita a mi voluntad de conocerla durante mi efímera vida. Viaje de Vuelta no habrá. Porque la Ida Latinoamericana no acabará hasta no haber acabado primero mi vida.

    En este momento, ese viaje de ida por latinoamérica me encuentra de forma NÓMADE, cambiando la localización exacta de mi geografía física con relativa frecuencia en relación a lo común del ser humano. Una manera en la que no veo ni percibo todo, pero al menos sí muchos algos en el recorrido. Viviendo una vida y sub-vidas, de ciclos constantes y repetitivos. Comienzo, fin, comienzo, fin... y cada fin transformando a mí y al viaje con algo nuevo.

 

Los Viajes en Movimiento..


1er Viaje. Comenzaron a fines de 2015, tras agarrar por primera vez la mochila con uno de mis mejores amigos. Nos tomamos un colectivo hacia el Norte Argentino desde nuestra ciudad. Pasamos por el Altiplano Boliviano, Perú, la Selva Amazónica, Ecuador y Chile. Luego regresamos a Córdoba (Arg), nuestro punto de partida y ciudad que nos vió crecer.


2do Viaje. Tiempo después le siguió un segundo viaje. Este ya partiendo en solitario. Recorrí un poco Centroamérica, sus ruinas y sus volcanes. Pasé por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belize y México; antes de regresar nuevamente a Córdoba, Argentina.

3er Viaje - y en curso- EL VIAJE EN BICICLETA

      En diciembre de 2018, terminamos de armar nuestras bicicletas con Male y partimos de Córdoba en nuestras casas móviles. Cruzamos Uruguay y llegamos a la frontera con Brasil, donde Male se volvió y yo continué pedaleando solo, adentrándome al gigante verde sudamericano. Actualmente (Marzo 2020) estoy en el estado de Bahía. En un modo de viaje/vida Lento, Intenso y en Aventura Constante. Guiado por una libertad muy grande porque yo y mi cuerpo son casi todos los límites que mi libertad mental enfrentan. Elegí, y continúo eligiendo, seguir este viaje de Ida en una BICICLETA. Porque en las dos ruedas encontré la mejor manera de viajar como quería, en contacto intenso con el pueblo local y la naturaleza que lo acompaña y los separa. Kilómetro por kilómetro, y a veces hasta kilómetro suena mucho, le voy dando micropedacitos de vuelta a este continente. Al momento de escribir este texto, este tercer viaje ya lleva 7mil kilómetros pedaleados. En el mapa de más abajo podrás ver una foto del trayecto hasta ahora y el tentativo a seguir. En la sección blog del menú "DIARIO DE VIAJE" podés ver crónicas, relatos y reflexiones, fotografías y videos de personas y lugares. También compartiré información útil general sobre viajar en bicicleta.

¿CÓMO SIGUE?


      NO llevo un objetivo de destinos o tiempos fijos. Por el momento le llamo OBJETIVO al CAMINO mismo en el que estoy aquí y ahora. A las tentativas futuras les llamo IDEAS. Los viajes que voy haciendo me van mostrando que la manera más leal de viajar conectado a la gente local y las sorpresas más enriquecedoras, es viajar evitando atarse a planes fijos y anticipados. Una vez, en aquel primer viaje con Simón, conocimos un viajero belga muy barbudo, de pelos y aventuras, a la mitad de una travesía que duró 4 días en barco por el Río Amazonas. Una de esas tarde en que el Sol se escondía majestuosamente detrás del denso verde, veíamos el espectáculo natural sentados desde la borda del barco mientras mi curiosidad aprovechaba la ocasión para hacerle muchas preguntas sobre su vida. Quizás por pregunton de más, en un instante frenó su respuesta. Me miró a los ojos y con un fuerte acento de español no nativo me dijo "El Mejor Plan, No Plan!"... Muchos lo prejuzgarán como un loco antisistema medio pirado, y en aquel momento hasta yo mismo tuve que hacer un esfuerzo mental para no dejarme llevar en aquel desdén luego de escucharlo. Hoy en día, entiendo mucho de lo que ese viajero del mundo con muchas más aventuras que yo me enseñó con aquella sencilla frase tajante. No me gusta afirmar, pero la experiencia me ha dicho que lo más enriquecedor de los viajes siempre estuvo fuera del plan anticipado. El mejor plan lo va dictando el camino por sí sólo. Es buenísimo tener ideas, entusiasmo, informarse, leer y preguntar mucho; y de hecho así soy mucho. Pero destinos como objetivos no es el mejor objetivo.

Ideas tentativas para la continuación del viaje 


       Continuar pedaleando hasta el extremo Norte de la costa de Brasil (Oiapoque, Amapá). El viaje luego continuaría hacia Guayana Francesa, Surinam, Guyana (ex Inglesa) y de ahí entrar a la Selva Amazónica para cruzar hacia Venezuela vía Boa Vista (Brasil). Atravesar Venezuela hasta Colombia. En el mapa ilustrativo puede verse de forma gráfica la idea resumida. 


Posibilidades de cambios: Muchas. 


Objetivo: Lo que cada kilómetro tenga para contar a mi piel, ojos y oídos. Documentarlo a través de este BLOG, mis cuadernos, y mis fotografías. Dando especial atención a las formas de vida de las personas en cada región y su relación con el medio ambiente que habitan. Sin prejuzgar, a dejarme transformar.

LATINOAMÉRICA en un VIAJE de IDA

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